Si por algo se distingue Marcelo Bielsa es por sus ideas y por su particular modo de comunicarlas.
A lo largo del último lustro, el entrenador del Athletic no dio entrevistas, pero ofreció numerosas charlas en las que expuso su camino, sus inquietudes. A continuación se ofrecen extractos de sus conferencias en el Club Náutico Quilla de Santa Fe (Argentina) y en la Universidad de Valparaíso (Chile).
- Amor y perdón. “Hay algunas cosas que
me sirvieron. La religión, especialmente la católica, tiene cuatro ejes
antagónicos. Culpa y castigo; amor y perdón. El castigo está más en la
superficie que el perdón y la culpa está más en la superficie que el
amor. Con el tiempo me fui dando cuenta de que perdonar y querer al
futbolista lo mejora”.
- Coincidencia. “Las palabras respeto y
afecto, aquí, funcionan como sinónimos. Viví cuatro años en Chile. A los
chilenos les va bien como país. Y les va bien por algo que los
argentinos, que somos confrontativos, describiríamos como
hipocresía y falsedad, que es ponerse de acuerdo, que es soslayar las
diferencias con el otro. Para ir en un mismo sentido hay que tener un
margen mínimo de coincidencia”.
- Quiero que me quieras. “Como todo ser
humano, lo que dice el futbolista es: ‘Quiéreme de verdad. No solamente
para que gane. Yo quiero que me quieras para poder ganar, no quiero que
me quieras porque gané’. A todos nos taladra ese que cuando vas a la
cancha te dice: ‘Hay que ganar’. Y te genera un fenómeno interior de
tener que responder a las expectativas de todos. Dices: ‘¡Puta!, ¿cómo
voy a tener que ganar?”.
- Desarrollo. “Los países desarrollados
se caracterizan porque comparten la pobreza. Los equipos de fútbol
desarrollados son los que reparten el trabajo sucio”.
- Resiliencia. “La resiliencia es la
principal virtud de un jugador. Es la virtud que tiene un cuerpo de
recuperar la forma original después de haber sidodeformado. Los grandes
jugadores superan inmediatamente el dolor de la derrota o cualquier
dolor que le produzca el juego”.
- Uniformidad. “Los que tenemos que
gobernar colectivos queremos que todos los jugadores sean iguales.
Estamos en contra de los diferentes. Pero hay partidos de 0-0 en los que
en el minuto 90 les pides a los jugadores: ‘Inventen algo’. Y te miran
diciendo: ‘¿Toda la semana uniformados y en el minuto 90 de un 0-0
inamovible hay que ser diferentes?’. Ahí empiezas a entender lo
imprescindible del diferente. No basta con tolerar al distinto. Es
indispensable respetarlo… Y lo digo yo, que los tolero, no los respeto.
¡Pero sé que debo respetarlos! ¿Con qué condición hay que incluir al
distinto? Que no arrastre a otros”.
- Reglamento. “Interpreto el reglamento
como un arma que asiste al juego para que haya armonía y para que la
dedicación esté puesta en tratar de superar al rival. El juego fue
creado para superar al rival de acuerdo con la belleza de los elementos
que tiene el juego y no para observar el reglamento buscando perfiles
que nos permitan superar al rival, pero no con la legitimidad de la
esencia del juego. La esencia del juego es el gesto al servicio de la
belleza”.
- Pase y ‘gambeta’. “Eliminar al rival a través del pase es el sustituto a la gambeta. Cuando uno no puede gambetear porque no tiene talento, gambetea a través del juego asociado. No es tocar y picar. No es sucesión de vértigos. Hay una estación intermedia”.
- Regreso. “La falta de regreso al ser eliminado en una gambeta
es una cosa que el futbolista no tiene incorporado. Hay que
desarrollársela. Nosotros estamos acostumbrados a pedir ayuda, pero
estamos menos acostumbrados a darla después de recibirla”.
- Emotividad. “Siempre les digo a los
jugadores que hay que estar ‘cerca y dispuesto’. El fútbol es
fundamentalmente un hecho activado por la emotividad. Todo esto se logra
entrenándolo, pero no es necesario entrenarlo si los jugadores están
entusiasmados. Estas cosas se hacen para cuando los futbolistas no
tienen ganas”.
- Pared. “La pared es una forma de
eliminar rivales que necesita la complicidad del que defiende: el
defensa es cómplice porque originalmente está más cerca del lugar al que
va la pelota que el destinatario de la devolución”.
- Pase. “La forma de comunicación a través del pase tiene 36 formas posibles”.
- Desmarque. “¿Cómo se aprende a enseñar a
desmarcar? Viendo a los que se desmarcan bien muchas veces y sacando la
matriz, el eje, la huella que identifica el movimiento. Por ejemplo, el
desmarque Orellana. Le pusimos así porque lo aprendimos de él.
Orellana es frágil y la pide antes y la recibe después. Porque, si la
recibe antes, como tiene poco peso, sufrirá más la patada. Es la
naturaleza la que enseña. La cultura de los que tienen es distinta de la
cultura de los que no tienen”.
- Programa. “Los futbolistas, en la
actualidad, no están formados con la estructura de un programa y esta
cuestión va en contra del desarrollo del talento. La formación
silvestre, natural, es la mejor de todas. No tiene normas y los jóvenes
la ejecutan espontáneamente. Pero eso ha dejado de ser posible porque
para que la formación natural se concrete hay que disponer de cinco
horas diarias libres durante un periodo de cuatro a seis años. Hay
continentes que siguen dando futbolistas porque se produce lo que hace
falta: lugar, tiempo y amor por el juego”.