5 de octubre de 2011

Esperando a Van Morrison (Pep Guardiola)

Hoy, les Champs Elysées o Il Circo Massimo se llenarán de gente. Y mucha. Hoy habrá campeón del mundo. ¡Qué bien suena!
      Buffon atrapa el balón en una sesión preparatoria. 
      Didier Deschamps, centrocampista francés que jugó en Italia, precisamente en la hoy sabida tramposa Juventus de Turín, de Marcello Lippi, dijo después de ganar su Mundial, en 1998, y su Eurocopa, en 2000, que para ganar hay que defender y defender. Después, el resto.
      Francia sigue los consejos de su viejo capitán. Italia no necesita nadie que le aconseje. Lo tiene muy claro. Hoy se encuentran los dos. En la gran final.

      Italia, con su gran portero. Cuentan que Buffon en según qué entrenamientos se enfada. Es entonces cuando reta a todos sus compañeros a que acepten el desafío: "Disparadme desde fuera del área. Nadie será capaz de hacerme un gol. Os doy 30 minutos". Casi siempre gana el reto. Esta vez Buffon ha sido más generoso, pero ha perdido el reto: ha concedido seis partidos y una prórroga, 570 minutos, pero ha recibido un gol. De Zaccardo. Su lateral derecho. Esta vez perdió.

      Veremos a Buffon y por delante de él, muy cerca de él (repito: muy cerca de él) a Cannavaro. Un central puede hacer dos cosas: una, defender; otra, pedir el balón y salir jugando. Lo de defender, con Cannavaro, es para ponerse de pie y quitarse el sombrero. Un espectáculo. De lo segundo olvídense. Ni lo hace ni le interesa. Ni la quiere, ni la pide. Siempre escondido detrás del delantero. Su mente sólo quiere que esté ocupada en una cosa. La otra, para los otros.

      Escribo de Cannavaro, pero sirve lo mismo para los demás: Materazzi, Thuram y Gallas. Hacen lo mismo. Nos ponemos de pie para una cosa y nos olvidamos de la otra. Sólo la necesidad de un resultado adverso y el tiempo que se acaba les hará recuperar la olvidada. A lo mejor. Ni yo lo sé.

      Los dos laterales de Italia son mejores por arriba que por abajo. Zambrotta está en la derecha y puede jugar en la izquierda. Y puede jugar donde está Camoranesi o donde está Perrotta. Y en todos los lugares es bueno de verdad. Sube poco y bien; tiene condición física de base, para subir mucho y seguramente mal: ya se sabe que los laterales, poco y bueno. Grosso ya se ha ganado el cielo: les metió en cuartos y en la final. Tendrá un entretenido partido con Ribéry. Al francés le gusta ir hacia adentro, a la pierna derecha de Grosso. Un zurdo cerrado como él lo puede padecer. Imagino que Perrotta y Gattuso estarán avisados.
      Pirlo es distinto. En su mente tiene las dos cosas. La que hace Cannavaro y la que no. Por donde juega, ha de defender; si no, no jugaría. Por donde juega, ha de hacer jugar. El único que lo hace. Ni Gattuso, ni Makelele, ni Vieira le imitan.

      Como sus centrales no lo hacen, Pirlo baja a pedir la pelota para empezar jugando. Seguro que Zidane estará por allí. Si las cosas van mal, le sale el instinto primitivo de sus inicios y se va a jugar con Totti. Y allí Pirlo también es distinto. Como todos los 10 italianos.

      Si Pirlo participa, Totti jugará mejor. Es mejor que se la pase Pirlo que Buffon. Duro partido el del 10 italiano. Se las verá principalmente con Makelele. El ex del Madrid ha dormido esta pasada noche con una foto del italiano. Su compañero de habitación, en el pasillo. Y se ha enfadado. Me han dicho que a Vieira no le ha gustado dormir en el pasillo. Pobre Totti. Excepto el partido ante Portugal, Vieira se ha ido para arriba. Y siempre haciendo daño. Imagino que empezará contenido y, en función de lo que suceda, se irá o se seguirá quedando. Gattuso, en cambio, se irá. Para arriba, para abajo. A la derecha, a la izquierda. Donde esté el balón estará él. Si algún francés recibe el balón, ha de saber que por allí estará Gattuso. Más cerca o más lejos, allí estará. Se aconseja que, cuando se acerque, se pase el balón a un compañero. Si llega a todas es por dos cosas: porque tiene cuatro piernas y cuatro pulmones (visto lo visto, bien puede ser) o porque los contrarios se la pasan tarde (visto lo visto, también puede ser) y mal. Imagino que ha dormido con la foto de Zidane. Y sin ningún compañero en el pasillo. Nadie se atreve a dormir con él. Imagino que Zidane querrá sacarlo del centro y llevárselo a los lados.

      En Italia, los jugadores de banda juegan siempre en banda. Camoranesi se sale de la norma. Viene a recibir entre líneas; si lo hace, a lo mejor ayuda a Totti a liberarse de Makelele y Abidal lo puede sufrir.
      Con Luca Toni, Italia jugará todo para él. Si Pirlo no entra en juego, Luca Toni será el destinatario de todo. Saca petróleo de todo lo que le llega. Cuanto peor le venga la pelota, más petróleo. Mejor al pie-pecho-cabeza que en profundidad. Con Luca, Francia podría sacar a la defensa y apretar arriba. Una de las curiosidades a ver. ¿Lo hará?

      Con Henry es otra cosa. Al pie o al espacio. Le da igual. Con esas condiciones, ¡cómo no va a jugar bien al fútbol! Cuando deje el fútbol, dicen que va a los próximos Juegos Olímpicos. Se la va a jugar con Asafa Powell y con Justin Gatlin en la final de los 100 metros. Italia deberá quedarse atrás y no moverse de ahí. No hay curiosidad que ver.

      Queda Zinedine Zidane. Tiene bonito hasta el nombre. El mejor defensa de Francia. Gracias a él, Francia nunca se desorganiza. La pide, la tiene, la pasa, la vuelve a pedir, la vuelve a tener y la vuelve a pasar. Y, mientras tanto, los franceses se van organizando. Repito: el mejor defensa de Francia. No hace nada superfluo. Ni una concesión demagógica. Ni cuando celebra su gol. De diez veces que interviene, siete a un toque. Siete de Zidane. En las otras tres hace de Zinedine Zidane. Dice que se va. A lo mejor, porque antes del Mundial se ha aburrido. El aburrimiento puede con todo y con todos. Pero también Michael Jordan se fue y volvió. También Maradona se fue y volvió. Así que no descarten que un día se vaya a buscar petróleo a Qatar o a China, para jugar y ayudar a cerrar nuestras fábricas textiles, y vuelva. Recuerden que a lo mejor estarán en casa con sus familias y por la radio escucharán una canción, esta vez de Van Morrison, que dice:

      Here i am again
      Back on the corner again
      Back where i belong
      Where I've always been
      Everything the same
      It don't ever change
      I'm back on the corner again
      In the healing game
      [Aquí estoy otra vez. De vuelta en la esquina otra vez. De vuelta a donde pertenezco. A donde siempre he estado. Todo sigue igual. Nunca cambia. Estoy de vuelta en la esquina otra vez. En el juego curativo].

      Habrá vuelto. Así lo esperamos. Mientras tanto, disfrutémosle una última vez y felicitémosnos por haberlo visto. Como hacemos, de manera anticipada, al futuro campeón del mundo. ¡¡¡Qué bien suena!!!
      fuente: http://www.elpais.com/