21 de septiembre de 2011

las reflexiones de Del Bosque

"El Método Del Bosque" de joaquín Maroto. Las enseñanzas aplicadas al fútbol, a la empresa y a la vida por el seleccionador de España. Este libro contiene todas las reflexiones que ha dado el entrenador que lleva toda la vida aprendiendo del fútbol. Conferencias, entrevistas, charlas, cursos. Aquí os dejo algunos estractos:
Sr. del Bosque, campeón del mundo.
Ganó un Mundial, dos Copas de Europa, una Intercontinental, una Supercopa de Europa, dos de España y un día después de su segunda Liga lo despidieron.
Aquello me ratificó que el éxito es fugaz y está sobrevalorado. Vamos, ¡que así es la vida! Por mucho que ganes, sólo eres uno más.Además en aquel equipo tenía a algunos de los mejores jugadores del mundo. El entrenador pone las palabras, el discurso, pero son los jugadores quiénes se encargan de los hechos, pues son ellos los que entran al campo de juego y hacen que todo se haga realidad.

No puedes perder de vista quién eres. Debes tenerlo siempre claro.
El trabajo en menores, es importante, de mucha entrega y conocimiento, pero es mucho más difícil educar a tus hijos que a los de los demás.

¿España? Ha habido buenas generaciones antes, pero ésta, al igual que el país, se ha puesto a nivel europeo. Se ha roto ese complejo de inferioridad que en algún momento hemos podido tener con respecto a otros países.

En el vestuario, la madurez de los jugadores fue clave. El no buscar culpables, mantener el ideario sin bandazos, se respetó nuestra rutina el resto del torneo y ésa fue la base del éxito. Y algo de suerte, claro.
Reconocer las propias debilidades, nuestras limitaciones, es fundamental para mejorar y superarse.

Por ejemplo, de mi no pienso nada en especial. Intento ser yo mismo, pero a estas alturas ya no pienso mucho en mis defectos.
Casi nunca recrimino en público a algún jugador, pero si surge cualquier problema de ese tipo se soluciona entre él y yo de puertas hacia dentro. Valoro mucho la corrección y la honestidad, que la gente se hable de forma directa.

En mi método de conducción de grupo la parte humana, desde luego, es fundamental. Se puede tener una relación muy humana y mantener la exigencia.El fútbol es un acelerador de nuestras pasiones. Con el fútbol nos ilusionamos, nos enamoramos, nos comunicamos. El fútbol nos iguala y nos enseña que el trabajo en equipo, el respeto por el rival, la perseverancia y la motivación nos pueden convertir en campeones. El rechazo total al ego, al orgullo, que desemboca en soberbia y conduce finalmente al error y a la derrota. Esa podría ser la esencia de mi fórmula, de mi método, mi filosofía del fútbol y de la vida. España y Barcelona ganadores de todo así lo ratifican.

Sin valores no hay victorias.
Toda victoria exterior no es más que el síntoma de una victoria espiritual, íntima, interior. Los principios que nos ayudan a transformar la existencia en sus diferentes dimensiones son de aplicación universal. Valores como la humildad, el respeto, la determinación, la disciplina, la confianza, la prudencia, la solidaridad, la firmeza, la voluntad de excelencia, el compromiso, el rigor, la equidad o la diligencia siempre son buenos compañeros, sea para cultivar una buena y sana relación con nuestros afectos. Sin ellos no hay verdadera calidad.

Siempre es difícil mandar, mucho más si se debe hacer sobre gente que gana más que su jefe, como ocurre muchas veces con los futbolistas y los entrenadores. Del Bosque apela a la discreción, virtud que aprendió en el Real Madrid.

La continuidad del entrenador pasa por reconocer el mérito de los jugadores, y es consciente de que la clave de su éxito se basa por no estar nunca por encima de ellos ni en fama ni en importancia. Por esas razones huye del protagonismo, dicen quiénes conviven a diario con el exitoso entrenador español.

Cuando sea necesario plantearse las propias limitaciones es preferible ser modesto antes que indulgente con uno mismo.

La prudencia, la humildad y una equilibrada valoración del adversario son condiciones imprescindibles para conocer los límites de nuestra actuación frente a él.

“El origen de toda sabiduría es conocerse a uno mismo.
Por tanto la peor mentira es la que nos contamos a nosotros mismos. No debemos engañarnos nunca, ni sobre nuestras virtudes ni nuestros defectos; aunque es preferible ser modestos que indulgentes. Vivimos y actuamos en sociedad, de esta manera, es imprescindible tener un conocimiento equilibrado de nuestro entorno: personas y circunstancias. Así podremos actuar de forma equilibrada y nuestros actos tendrán respuestas apropiadas”.

“Un rasgo definitivo de Del Bosque es su independencia en el momento de tomar decisiones. Escucha a todos y no imparte doctrina. Incluso cuando le planteé la posibilidad de escribir un libro con las claves de su método fue tajante: Bueno, pero que conste que lo que vale para un grupo a veces no vale para otro, incluso lo que vale para una persona no vale para otra. Y voy más lejos: lo que es bueno para uno de tus hijos puede no serlo para otro. Cada cual es un mundo”.
En el equipo deben existir mecanismos de funcionamiento muy consolidados, pero debemos todos seguir alimentado su construcción en el día a día, entrenamiento a entrenamiento, partido a partido, la mejora de los automatismos, de obtener mejores recursos, tanto a nivel defensivo como ofensivo. Al final si se sale campeón, fue porque a través del año, cada uno puso la mayor intensidad para construir ese estilo de juego, esa idea que nos dio identidad y permitió ganar a través de ella.

Hay que prepararse para competir en las mejores condiciones, encarando los partidos como una prolongación del calendario competitivo y no como un punto y aparte. Queremos que sea un punto y seguido. Cada partido, es él partido, cada partido es la final. Así de simple.

Antes de tomar una decisión hay que escuchar a todos los integrantes del Cuerpo Técnico, respetar a todos y evaluar consecuencias. Las decisiones, una vez tomadas, hay que llevarlas a efecto con independencia y sin tomar en consideración opiniones ajenas o interesadas. En el caso de que una decisión haya sido equivocada o poco efectiva, hay que reconocerlo, corregirla y realizar autocrítica.

La única forma de crecer emocional e intelectualmente es tomando decisiones y haciéndose responsable de ellas. De los aciertos y de las equivocaciones. Si los aciertos refuerzan la autoestima y otorgan seguridad, los errores, al ser admitidos y evaluados, alimentan nuestra base de datos y evitan volver a cometerlos, con lo que aumenta nuestra posibilidad de acertar. En cualquier caso, acertemos o no, si nuestro criterio al tomar una decisión ha sido honesto y bien intencionado, debemos respetarlo siempre.

No se puede hacer cosa a gusto de todos. Hagas lo que hagas, siempre alguien te lo va a reprochar. Si no es causa de mal para nadie, se ha de hacer lo que más convenga a uno.

Ninguna doctrina. El fútbol es muy opinable, todos tienen algo de razón. Pues todo lo relacionado con el fútbol tiene demasiado eco mediático, con rapidez se nos llena la boca y la cabeza de tropicazos: los mejores jugadores del mundo, la mejor liga del mundo, el mejor fútbol del mundo……….todo demasiado prefabricado, demasiado empalagoso.

La euforia generalizada nos hace perder objetividad y subestimar a algunas potencias futbolísticas. Se le da más valor al poder de la imagen que a los méritos, aunque tenemos muchas virtudes para que no sea así. Estamos entre los mejores, pero hay otras ligas y otros jugadores fuera de España también muy buenas.

El éxito no es sólo de los profesionales, sino de aquellos que siembran cada día sus enseñanzas con extraordinaria generosidad, del comportamiento cabal de los jugadores dentro y fuera del campo, porque el fútbol es la búsqueda de un resultado sí, pero también debe reflejar la ética y la buena conducta personal.

La franqueza, la naturalidad en actos y en palabras cimentan y fortalecen la toma de decisiones acertadas.

Hay que encarar el futuro con ilusión, con proyectos de triunfo, pero con los pies en la tierra. El pensamiento positivo es una cosa, la ambición desmesurada es otra. Aspirar a objetivos irrealizables puede ser autodestructivo. La ambición excesiva también está relacionada con la arrogancia, la soberbia y la incapacidad de delegar, y ninguna de éstas condiciones son deseables en un líder.

No soy partidario de dar doctrina, mis ideas me gusta mostrarlas, dejarlas ver entre mis actos, más que demostrarlas - lo que por otra parte es improbable en territorios tan opinables como el fútbol – o imponerlas lo que siempre es un error.

En mi opinión el entrenador tiene la obligación de ser una persona ejemplar, su poder depende de su ejemplo por tanto debe ser una persona moralmente íntegra. Esa integridad generará confianza en los jugadores.

En el mismo nivel que su integridad personal debe poner el trabajo. Su formación debe ser completa y lo que es tan importante o más: permanente. Vivir en un continuo proceso de aprendizaje.

Años atrás el entrenador lo sabía y lo hacía todo. Actualmente tiene un equipo de especialistas a su lado, por tanto comparte responsabilidades: delega en otros. Algo que no le excusa de su liderazgo, ni de su responsabilidad total.

Los buenos hábitos, hacer cumplir las normas, son instrumentos necesarios para gestionar un grupo.
Las imposiciones arbitrarias o inesperadas no suelen ser bien recibidas; de ahí la importancia de ir construyendo buenos hábitos de forma cotidiana y paulatina.
En la dirección de grupos las ideas calan más cuando se transmiten por convicción que por obligación.

Manías las justas. La disciplina, los buenos hábitos y estar convenientemente preparados deberían ser nuestras verdaderas y únicas armas para triunfar.

Las fiestas después……………..lo primero es ganar.

Supersticiones las justas, manías las menos y …buenos hábitos los máximos.

MÁS REFLEXIONES COMO ESTAS LAS PUEDES ENCONTRAR EN "EL METODO DEL BOSQUE" de JUAN MAROTO, o en http://africandiego.blogspot.com/ donde encontrarás más reflexiones de don Vicente y otros artículos interesantes.